El primer led fue desarrollado en 1927 por Oleg Vladimírovich Lósev
(1903-1942), sin embargo no se usó en la industria hasta los años sesenta. Solo
se podían construir de color rojo, verde y amarillo con poca intensidad de luz
y limitaba su utilización a mandos a distancia (controles remotos) y electrodomésticos
para marcar el encendido y apagado. A finales del siglo XX se inventaron los
ledes ultravioletas y azules, lo que dio paso al desarrollo del led blanco, que
es un led de luz azul con recubrimiento de fósforo que produce una luz
amarilla, la mezcla del azul y el amarillo produce una luz blanquecina
denominada «luz de luna» consiguiendo alta luminosidad (7 lúmenes unidad) con
lo cual se ha ampliado su utilización en sistemas de iluminación.
